

analisis killzone shadow fall

Estando acostumbrados a otro tipo de shooters en primera persona tanto para la campaña como para el juego online, se agradece ver que Killzone llega para aportar un equilibrio entre quien sólo quiere jugar la campaña, quien sólo quiere dedicarle horas al online, o quien busca aprovechar al máximo un producto de todas las formas posibles, sin encasillarse en el 'cinco horas y a la estanterÃa' o en el 'la campaña es un tutorial bonito para el multijugador'. Y Killzone: Shadow Fall ha hecho muy bien en optar por una especie de reboot de la franquicia para poder asimilar novedades, mecánicas y modas del videojuego, tanto las buenas como las no tan buenas. Y cabe decir que entre este comienzo de cero del universo Killzone que le hace ganar puntos y que Halo no se encuentra en su mejor momento tras el cambio de manos (aunque aún queda por ver cómo se desenvuelve en la nueva generación), el shooter de ciencia-ficción tiene un contendiente interesante en cada bando, pero ambos aún tienen mucho que mejorar.Killzone: Shadow Fall es un juego que, desde luego, a nivel técnico impresiona casi como ningún otro en todo lo poco que llevamos de nueva generación. Es un juego hecho para lucirse, y es tremendamente agradecido con el jugador al mostrarle una variedad de paisajes apabullantes en constante cambio durante más de 10 horas de campaña. El problema principal es que esos escenarios son casi el único aliciente para continuar con la campaña. El puro espectáculo visual y determinados momentos con los que es inevitable quedar boquiabierto por el despliegue técnico es lo único que queda del lado positivo de una balanza que se ve contrarrestada por una historia nada interesante contada en diez capÃtulos, en principio autoconclusivos y posteriormente unidos por finos hilos, y por una escasa variedad de situaciones a pesar de que podrÃan darnos mucho más. Y no es que todo salvo lo visual sea negativo, para nada. Killzone: Shadow Fall al menos nos libra de los cuadriláteros con coberturas contra hordas de enemigos, de los encuentros tan terriblemente scripteados, de los pasillos,... Y nos ofrece escenarios amplios y que da gusto recorrer gracias a una tirolina desplegable en cualquier momento que nos permite movernos con agilidad, tan bien como sabe darnos momentos de tensión, amagos de sigilo y, sobre todo, unas partes de silencio espacial y manejo del personaje en ingravidez que nos hacen babear pensando en lo que podrÃa ser un Dead Space con esta factura técnica. Pero todos estos pasos adelante se ven entorpecidos por una IA un tanto carente de I, o la casi obligación de utilizar el Eco Táctico, el nombre que recibe en esta ocasión la capacidad de ver siluetas enemigas a través de las paredes.